martes, 29 de octubre de 2013

La tectónica global

      La teoría de la deriva continental fue propuesta originalmente por Alfred Wegener (soldado del ejército alemán, profesor de meteorología y viajero) en 1915, quien la formuló basándose; entre otras cosas, en la manera en que parecen encajar las formas de los continentes a cada lado del Océano Atlántico, como África y Sudamérica (de lo que ya se habían percatado anteriormente Benjamin Franklin y otros). También tuvo en cuenta el parecido de la fauna fósil de los continentes septentrionales y ciertas formaciones geológicas. Conjeturó que el conjunto de los continentes actuales estuvieron unidos hace 600 millones de años formando un supercontinente, denominado Pangea y a su alrededor el mar Tethys. Hace 200 millones de años Pangea se había dividido en fragmentos que fueron alejándose lentamente de sus posiciones de partida hasta alcanzar las que ahora ocupan.


             Este planteamiento fue inicialmente descartado por la mayoría de sus compañeros, ya que su teoría carecía de un mecanismo para explicar la deriva de los continentes además, contenía detalles irróneos como que los continentes no se abren paso a través del suelo oceánico y la energía de las mareas no es el mecanismo impulsor del movimiento de los continentes. En su tesis original, propuso que los continentes se desplazaban sobre el manto de la Tierra de la misma forma en que uno desplaza una alfombra sobre el piso de una habitación. Sin embargo, la enorme fuerza de fricción implicada, motivó el rechazo de la explicación de Wegener. Explicaba, además la formación de las cadenas montañosas, en el frente de los continentes en movimiento se formaron gigantescas arrugas: las cadenas de montañas; así, el contacto de América, que derivaba hacia el occidente, generó la cordillera de los Andes y las Montañas Rocosas, al empujar los sedimentos del fondo oceánico hacia arriba arrugándolos. A partir de 1950 surgen nuevas pruebas que apoyan la teoría de Wegener. Una de ellas es el estudio del magnetismo terrestre, que pone en evidencia que los polos magnéticos han ido cambiando de posición, lo que justifica con la migración de los continentes. Otra prueba es que los avances tecnológicos que permitieron cartografiar el suelo oceánico, llevaron en 1962 a Harry Hess a formular la idea de la expansión del fondo oceánico:en las zonas de dorsal, la continua expulsión de magmas, genera nueva litosfera oceánica, expandiendo los fondos oceánicos y separando los márgenes continentales. En otras zonas, la litosfera oceánica se destruye en un fenómeno conocido como subducción. También se ve apoyada por la distribución global del vulcanismo de los puntos calientes de la tierra y de los terremotos ya que tienen una relación con los bordes de la placa.


                En 1968 la deriva continental y la expansión del fondo oceánico se unen en una teoría más completa conocida como tectónica de placas. Considera que la litósfera(capa externa de la tierra) está dividida en varios grandes segmentos relativamente estables de roca rígida, denominados placas que se extienden a profundidades de 100 a 200 km por el globo como caparazones curvos sobre una esfera y están moviéndose y cambiando de tamaño y forma continuamente (los continentes se mueven de 1 cm a 10 cm al año).


         Estos bloques descansan sobre una capa de roca caliente y flexible, llamada astenósfera, que fluye lentamente a modo de alquitrán caliente. Cuando las placas se separan se provoca el ascenso del material desde el manto para crear nuevo fondo oceánico. cuando las placas se juntan forman cadenas montañosas, islas volcánicas o fosas marinas. 
El origen del movimiento de las placas está en unas corrientes de materiales que suceden en el manto, las denominadas corrientes de convección, y sobre todo, en la fuerza de la gravedad. El aire caliente asciende por encima del aire frío y las corrientes de agua caliente flotan por encima de las de agua fría. El mismo principio se aplica a las rocas calientes que están bajo la superficie terrestre: el material fundido de la astenósfera, o magma, sube hacia arriba, mientras que la materia fría y endurecida se hunde cada vez más hacia al fondo, dentro del manto. La roca que se hunde finalmente alcanza las elevadas temperaturas de la astenósfera inferior, se calienta y comienza a ascender otra vez.

        En cualquier caso, no existe todavía un modelo claro que expliquen las corrientes de convección, por lo que la teoría de las placas, denominada en la actualidad teoría tónica global está abierta a modificaciones por nuevos descubrimientos.


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Beatriz Provencio Regidor 1ºA. Bach.